Comercio local se apaga en Durango
El comercio local atraviesa una de sus etapas más complicadas en los últimos años. Locatarios de mercados tradicionales como el Gómez y el Francisco Villa reportan una caída de hasta el 50?% en sus ventas durante este 2025, debido a una combinación de factores económicos y estructurales.
Uno de los problemas más visibles es la falta de estacionamiento en puntos clave como el Mercado de Abastos, lo que ha reducido significativamente la afluencia de clientes. A esto se suma el alza en la canasta básica, que ha encarecido productos esenciales hasta en un 30?% en lo que va del año, empujando a las familias a modificar sus hábitos de compra.
Cada vez más consumidores optan por acudir a supermercados y tiendas de autoservicio. Las razones son claras: estos establecimientos ofrecen estacionamiento gratuito, horarios extendidos, promociones constantes, sistemas de pago más ágiles y la posibilidad de encontrar todo en un solo lugar. Incluso si algunos productos resultan más caros, la gente prefiere la comodidad, practicidad y rapidez que brindan estas cadenas frente a la experiencia de comprar en un mercado tradicional.
La situación es alarmante para el sector formal. Además de enfrentar bajas ventas, deben competir con el comercio informal que prolifera en las calles, particularmente en el centro histórico. Esta competencia desleal, sumada al encarecimiento de productos y la baja movilidad de los consumidores, debilita aún más a los pequeños negocios.
Comerciantes exigen medidas urgentes que reactiven el consumo local: mejorar la infraestructura, regular el ambulantaje y promover el valor de comprar en mercados. De no atenderse pronto, muchos puestos corren el riesgo de cerrar definitivamente.
