En el estado y municipio de Durango, la creación de corredores biológicos se ha convertido en una estrategia fundamental para preservar la biodiversidad y conectar ecosistemas fragmentados. Estos corredores, implementados por la Secretaría de Recursos Naturales y Medio Ambiente (SRNMA), permiten el libre tránsito de especies silvestres, garantizando su supervivencia y manteniendo el equilibrio ecológico. Entre las áreas prioritarias se encuentran el Parque Estatal Cañón de Fernández, ubicado en Lerdo, y el Corredor Biológico del Jaguar, en San Dimas, donde se han establecido acciones concretas para proteger la flora y fauna local.
El Parque Estatal Cañón de Fernández funciona como un puente natural entre el Desierto Chihuahuense y los bosques templados de la Sierra Madre Occidental, facilitando el movimiento de especies como venados, aves migratorias y mamíferos menores. Por su parte, el Corredor Biológico del Jaguar, decretado recientemente en San Dimas, busca preservar el hábitat de este felino en peligro de extinción, así como de otras especies que dependen de este ecosistema. Estas iniciativas no solo benefician a la vida silvestre, sino que también mejoran la calidad de vida de las comunidades aledañas, ya que los corredores ayudan a mantener fuentes de agua limpia, regulan el clima y fomentan el ecoturismo como alternativa económica sostenible.
Para asegurar el éxito de estos proyectos, las autoridades han desarrollado programas de monitoreo constante que permiten detectar cambios en el uso del suelo y prevenir la fragmentación de hábitats. Además, se han implementado actividades de restauración ecológica y educación ambiental, involucrando a la población local en la conservación de su entorno. Expertos en biodiversidad destacan que estas medidas son esenciales para contrarrestar amenazas como la deforestación y el avance de la mancha urbana, que ponen en riesgo la conectividad entre ecosistemas.
Aunque los avances son significativos, el reto sigue siendo ampliar estos esfuerzos a otras regiones del estado que también enfrentan problemas de degradación ambiental. La participación ciudadana, junto con políticas públicas bien estructuradas, será clave para consolidar una red de corredores biológicos que garantice la protección a largo plazo de la riqueza natural de Durango. Con estas acciones, el estado no solo refuerza su compromiso con el medio ambiente, sino que también se posiciona como un ejemplo de desarrollo sostenible en el país.