Crisis hídrica en Durango afecta colonias urbanas y rurales.
En el municipio de Durango, decenas de colonias tanto urbanas como rurales enfrentan una crítica escasez de agua que ha impactado severamente la vida cotidiana de sus habitantes. En zonas urbanas como Galicia, Barcelona, Colibrí, Carril 2000, Locutores, Vivah Reforma e Ignacio Zaragoza, el suministro se ha reducido a apenas 15 minutos diarios con baja presión, mientras que en comunidades rurales como El Carrizo, El Pino, Salvador Allende y 16 de Septiembre, los residentes dependen totalmente de pipas que en algunos casos solo distribuyen una carga semanal para más de 300 personas.
Esta emergencia hídrica, según reportes de Aguas del Municipio, la Comisión Nacional del Agua y la Comisión Estatal del Agua, se debe a múltiples factores: la disminución de los mantos acuíferos, infraestructura hidráulica obsoleta, crecimiento urbano desordenado y los efectos del cambio climático. La situación se ha agravado particularmente en los últimos dos años, afectando la salud, economía y calidad de vida de miles de duranguenses. Familias enteras se ven obligadas a almacenar agua en tambos y cisternas en condiciones antihigiénnicas, incrementando el riesgo de enfermedades gastrointestinales y dermatológicas, especialmente en niños y adultos mayores.
El problema adquiere dimensiones alarmantes cuando se considera que, de las aproximadamente 80 colonias registradas en Durango capital, al menos 40 requieren abastecimiento mediante pipas, servicio que resulta insuficiente y costoso. Muchos residentes deben destinar parte de su ingreso familiar a la compra de agua embotellada y al pago de pipas privadas, generando un gasto adicional que afecta severamente su economía. En el ámbito rural, la situación es aún más crítica, donde comunidades enteras sobreviven con raciones mínimas que no cubren sus necesidades básicas de higiene, alimentación y saneamiento.
Ante esta crisis, autoridades municipales y estatales han implementado medidas paliativas como aumentar la frecuencia de pipas y reparar fugas en la red hidráulica, pero reconocen que se requieren soluciones estructurales. Expertos señalan la urgencia de invertir en nueva infraestructura, implementar programas de captación pluvial y concientizar sobre el uso responsable del agua. Mientras tanto, miles de familias duranguenses continúan su lucha diaria por acceder a un recurso que, paradójicamente, es cada vez más escaso en una región tradicionalmente asociada a ríos y manantiales. La situación demanda atención inmediata y soluciones integrales que garanticen el derecho humano al agua para todos los habitantes de Durango.
