En 2025, el estado de Durango enfrenta un grave desabasto de medicamentos, que ha impactado tanto a hospitales estatales como a instituciones federales de salud. El problema se ha agudizado en los primeros meses del año, afectando especialmente a pacientes con enfermedades crónicas, inmunológicas y cardiovasculares, quienes requieren medicación continua para mantener su estabilidad. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, el desabasto general en hospitales estatales alcanza un 50%, mientras que en centros de salud clave, como el CESA 450, la cifra se eleva al 60%. Por su parte, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reporta un abastecimiento superior al 90%, aunque admite que existen claves específicas con faltantes, y el ISSSTE mantiene un rezago aproximado del 10% en medicamentos e insumos.
La falta de medicamentos ha sido atribuida a problemas en el proceso de compra consolidada a nivel federal, situación que ha ralentizado la llegada de los fármacos necesarios a clínicas y hospitales. Como respuesta, el gobierno estatal ha comenzado a adquirir medicamentos directamente con laboratorios para intentar disminuir el impacto en la población, aunque esta medida no ha sido suficiente para cubrir la demanda. La diputada local Sughey Torres declaró públicamente que la compra consolidada no ha funcionado como se esperaba y que las autoridades federales no han cumplido con su responsabilidad de garantizar el abasto.
Ante esta situación, muchas familias se han visto obligadas a comprar medicamentos en farmacias privadas, lo que representa un gasto extra que no todas pueden asumir. Algunos pacientes recurren a sus médicos para que les prescriban alternativas terapéuticas o medicamentos genéricos que estén disponibles, pero esta opción no siempre es viable en casos de enfermedades que requieren tratamiento específico. La falta de medicación continua ha generado complicaciones en personas con padecimientos crónicos, poniendo en riesgo su salud y calidad de vida.
El impacto del desabasto es mayor en zonas serranas y comunidades rurales, donde el acceso a servicios médicos ya es limitado. Las familias de estas regiones enfrentan aún más obstáculos para obtener los medicamentos necesarios, y en muchos casos, deben desplazarse largas distancias para encontrar alguna opción disponible. Las autoridades locales han insistido en la urgencia de implementar soluciones permanentes que garanticen el suministro constante de medicamentos esenciales.
Es imperativo que las instituciones federales, estatales y municipales coordinen esfuerzos para atender esta problemática. La salud de miles de duranguenses está en juego, y el acceso oportuno a medicamentos no debe depender de trámites burocráticos o del poder adquisitivo de cada familia.