De acuerdo con los datos más recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la percepción de inseguridad entre los habitantes de la ciudad de Durango experimentó una mejora significativa durante el segundo trimestre del año 2025. El indicador, que refleja el porcentaje de la población de 18 años y más que considera que vivir en su ciudad es inseguro, se redujo del 46% al 36%, lo que posiciona a la capital duranguense entre las seis ciudades del país con el avance más notable en esta materia. Este cambio en la sensación de vulnerabilidad ciudadana representa un dato alentador dentro del complejo panorama de seguridad pública que se vive a nivel nacional.
Sin embargo, quienes habitan la ciudad, los propios ciudadanos duranguenses, ofrecen una perspectiva más matizada sobre esta realidad. A pesar de la mejora en el indicador general de percepción, los conflictos vecinales reportaron un aumento durante el mismo periodo. Además, una cifra que merece especial atención es que el 26.7% de los hogares en Durango declaró haber sido víctima de algún delito. Aunque este porcentaje se sitúa por debajo del promedio nacional, su significado es contundente: más de una cuarta parte de las familias de la ciudad enfrentó directamente la criminalidad, ya fuera en su persona o en su patrimonio, lo que inevitablemente siembra una semilla de desconfianza en el entorno social.
La forma en que se manifiesta esta dualidad estadística es reveladora. Por un lado, la percepción agregada mejora, posiblemente influenciada por una disminución en la visibilidad de ciertos delitos de alto impacto o por el efecto de estrategias de comunicación oficial. Por otro lado, la experiencia concreta de la ciudadanía, medida a través de la victimización, indica que el delito sigue siendo una experiencia común y extendida. Esta aparente contradicción entre lo que se siente y lo que se vive sugiere que, si bien el ambiente general puede percibirse como más tranquilo, la incidencia delictiva sigue afectando a un segmento muy sustancial de la población, manteniendo niveles de preocupación elevados en lo microsocial.
El momento que captura este reporte corresponde al segundo trimestre de 2025, abarcando los meses de abril, mayo y junio. La próxima actualización de estas estadísticas, que permitirá observar si la tendencia a la baja en la percepción se consolida o si responde a una variación temporal, está programada para publicarse a finales del mes de octubre del mismo año, ofreciendo entonces una perspectiva más clara sobre la trayectoria de la seguridad ciudadana en la entidad.
El lugar donde se desarrolla este fenómeno es la zona metropolitana de la ciudad de Durango, el principal centro urbano del estado. Los datos del INEGI reflejan la experiencia de sus residentes en colonias, fraccionamientos y espacios públicos. La mejora en la percepción es una noticia positiva para la imagen de la ciudad y podría sentar las bases para una mayor confianza en las instituciones y una reactivación de la vida comunitaria. No obstante, el elevado porcentaje de hogares victimizados actúa como un recordatorio de que los esfuerzos deben redoblarse para transformar una percepción alentadora en una realidad de seguridad tangible y duradera para todos los ciudadanos.