El aire que respiramos
La calidad del aire en Durango ha mostrado un deterioro preocupante en las últimas semanas. Aunque no es un problema exclusivo del estado, sorprende que la capital y sus alrededores presentan niveles de contaminación superiores a los de ciudades con mayor carga vehicular e industrial. Especialistas señalan que entre febrero y junio, el panorama se agrava debido al aumento de las concentraciones de ozono, la radiación solar y las temperaturas elevadas.
Diversas fuentes contribuyen a este deterioro. En primer lugar, el sector energético, a través de la quema de combustibles fósiles y la generación de electricidad, libera una cantidad significativa de contaminantes a la atmósfera. A esto se suma la actividad industrial, incluidas fábricas y ladrilleras, que emiten gases y partículas nocivas.
La quema de basura y la disposición inadecuada de residuos sólidos también tienen un impacto directo en la calidad del aire. El parque vehicular, por su parte, representa otra fuente constante de emisiones contaminantes en zonas urbanas.
El peor mes en términos de calidad del aire en Durango, en 2025, fue abril. La contaminación fue particularmente intensa debido a los incendios forestales en la Sierra duranguense, que liberaron grandes cantidades de humo y partículas. Las ladrilleras dentro de la mancha urbana también contribuyeron a la mala calidad del aire.
Las ladrilleras instaladas dentro de la mancha urbana, especialmente en el oriente de la ciudad, han sido señaladas por emitir partículas finas que afectan la salud respiratoria de la población cercana.
Aunque los incendios forestales no son frecuentes en la región, cuando ocurren generan gases y cenizas que agravan el problema.
La combinación de estas fuentes ha convertido la contaminación del aire en un riesgo ambiental y de salud para la población de Durango.
