En Durango, el uso de motocicletas ha experimentado un crecimiento sin precedentes en la última década. El parque vehicular de estos medios de transporte pasó de 15,000 unidades en 2014 a más de 45,000 en 2024, representando un incremento del 200% que triplica la tasa de crecimiento de los automóviles en el mismo periodo. Este fenómeno ha transformado el paisaje sonoro de la ciudad, donde el zumbido característico de las motocicletas se ha convertido en un elemento constante del ambiente urbano.
Este aumento masivo ha generado diversos desafíos viales y de seguridad. Las motocicletas están implicadas en aproximadamente el 40% de los accidentes de tránsito urbanos, y en 2023 representaron cerca del 50% de las muertes por siniestros viales, con más de 80 fallecimientos. La mayoría de estas muertes se deben a traumatismos craneoencefálicos, y por cada motociclista que pierde la vida, entre tres y cuatro resultan con lesiones permanentes.
Adicionalmente, las motocicletas se han vinculado con actividades delictivas. En Durango, más del 60% de los robos con violencia y numerosos hechos delictivos se cometen utilizando motocicletas, principalmente con dos sujetos a bordo, sin placas o con ellas cubiertas, lo que dificulta su identificación. Este modus operandi permite a los delincuentes huir rápidamente entre el tráfico, generando un problema creciente de seguridad pública.
Los otros usuarios de las vías también se ven afectados. Ciclistas y peatones reportan mayor riesgo debido a la saturación de motocicletas en las calles, que en muchos casos circulan a exceso de velocidad o realizan maniobras peligrosas. La convivencia entre diferentes modos de transporte se ha vuelto más compleja, requiriendo mayores medidas de prevención y educación vial.
Este panorama refleja la necesidad de políticas públicas que regulen de manera efectiva el uso de motocicletas, promuevan la seguridad vial y combatan el uso de estos vehículos para actividades ilícitas. mientras se reconoce su importancia como medio de transporte económico y eficiente, es crucial implementar medidas que garanticen la seguridad de todos los usuarios de las vías duranguenses y prevengan las trágicas consecuencias que han acompañado este crecimiento acelerado.