La familia Zúñiga vive la realidad de muchas familias en Durango. Entre la falta de empleo estable y la precariedad económica, el regreso a clases se ha convertido en un desafío que golpea directamente sus bolsillos. Martín, padre de familia y maestro albañil, apenas alcanza para cubrir la alimentación de sus hijos, mientras que Otilia, su esposa, se ha sumado al mismo trabajo pesado para solventar el gasto que implica enviar a dos niños a la primaria.
De acuerdo con cifras oficiales, en este ciclo escolar 2025 ingresaron alrededor de 490 mil alumnos en educación básica en Durango. Los gastos promedio por estudiante rondan entre 2,500 y 3,500 pesos en útiles, uniformes y calzado, lo que representa una carga importante para familias con varios hijos en edad escolar.
Lo que enfrenta la familia Zúñiga no es una excepción. Miles de hogares en Durango atraviesan la misma situación: los precios de útiles, uniformes y calzado han subido de manera constante, mientras que los ingresos de las familias se mantienen prácticamente sin cambios. El regreso a clases, que debería ser un momento de ilusión para los estudiantes, se ha convertido en un golpe duro a la economía doméstica.
El panorama se complica más en los hogares en situación de pobreza extrema. En el estado, casi 120 mil personas viven en estas condiciones, según datos del Coneval, lo que implica que un número considerable de familias enfrenta el dilema de priorizar alimentación, vivienda o educación.
En este contexto, el regreso a clases deja ver una brecha social cada vez más evidente: mientras algunos hogares pueden solventar los gastos sin mayor dificultad, otros deben recurrir a préstamos, dobles jornadas laborales o incluso a sacrificar otras necesidades básicas.
El reto no solo es para las familias, sino también para las instituciones y autoridades, que tienen la responsabilidad de garantizar igualdad de oportunidades educativas. Entre tanto, la realidad de familias como los Zúñiga recuerda que el acceso a la educación, aunque gratuito en teoría, tiene costos que para muchos resultan insostenibles.