Pasar tiempo en familia sigue siendo uno de los propósitos más comunes cada inicio de año. Sin embargo, la realidad muestra que muchas personas no logran cumplirlo. Factores como el exceso de trabajo, las largas jornadas de traslado, el desgaste emocional y la falta de interés han reducido significativamente los momentos de convivencia en los hogares.
Según estadísticas, solo uno de cada cuatro padres se siente satisfecho con el tiempo que dedica a su familia. Además, el 70% de los padres afirma no tener tiempo para jugar con sus hijos. Un análisis del tiempo promedio muestra que una persona dedica apenas 19 minutos diarios a convivir con su familia, lo que equivale a menos de tres horas a la semana, menos de un día al mes y menos de un año en toda una vida, considerando una esperanza de vida de 75 años.
Este panorama también refleja un cambio en la dinámica familiar. Reuniones que antes eran prioritarias ahora son más breves, menos concurridas o inexistentes. Además, conflictos no resueltos y tensiones familiares limitan aún más estos momentos de convivencia.
Aunque las ocupaciones diarias parecen ser la causa principal, la falta de organización y la omisión de la familia como prioridad también influyen. Replantear cómo se gestiona el tiempo es clave para fortalecer los lazos familiares.
El reto no solo consiste en encontrar más tiempo, sino en hacer que esos momentos sean significativos. Reconocer que la convivencia familiar es fundamental para el bienestar emocional y social puede ser el primer paso hacia un cambio necesario en la vida de muchas familias.