La inflación volvió a instalarse como una de las mayores preocupaciones en los hogares de Durango. De la despensa al transporte, prácticamente todo cuesta más que hace un año, y para miles de familias el reto ya no es "ahorrar", sino simplemente completar la quincena.
Aunque la inflación nacional ronda el 4%, en Durango los consumidores reportan aumentos más notorios en productos básicos. La tortilla supera ya los 23 pesos en varios puntos de la capital, el pollo y el huevo presentan variaciones constantes y el gas doméstico mantiene uno de los incrementos más sensibles para las familias. En el sector comercial el alza en insumos, transporte y energía ha reducido los márgenes, obligando a muchos a ajustar precios poco a poco.
El transporte público también ha representado una presión adicional, mientras que servicios esenciales (desde electricidad hasta mantenimiento del hogar) elevan el costo de vida para quienes trabajan con ingresos fijos. En este escenario, madres y padres comenzaron a modificar hábitos: sustituir productos, comprar menos o posponer gastos.
Para el sector económico, el desafío es doble: mantener a flote a los negocios sin trasladar todo el aumento al consumidor. Cámaras empresariales en el estado reconocen que la volatilidad en costos de distribución seguirá siendo un factor clave en los próximos meses.
Mientras tanto, especialistas advierten que la inflación no solo afecta el bolsillo, sino la estabilidad financiera y emocional de las familias. Con un cierre de año marcado por incrementos moderados pero constantes, Durango enfrenta un escenario donde cada ajuste (por pequeño que parezca) define la economía diaria de miles de hogares.