Las lluvias recientes volvieron a dejar incomunicadas a varias comunidades indígenas del Mezquital, donde más de 2 mil habitantes enfrentan serias dificultades para trasladarse. El problema, sin embargo, no es nuevo: desde hace más de dos décadas, familias de esta zona han sufrido la falta de caminos adecuados y la ausencia de infraestructura que permita la comunicación con la cabecera municipal o con hospitales cercanos.
La situación ha cobrado vidas. Tan solo en las últimas semanas se han documentado al menos cinco personas enfermas que fallecieron durante su traslado, al no poder llegar a tiempo a recibir atención médica debido a las malas condiciones de los caminos.
Lo más grave es que, aun cuando ha habido presupuesto destinado para la rehabilitación de carreteras y accesos rurales, las obras no se concretan. En 2024, la Secretaría de Hacienda canceló 120 millones de pesos que habían sido etiquetados para caminos rurales en zonas indígenas, entre ellas las rutas hacia Milpillas, Lajas y Pueblo Nuevo. Además, aunque en el Presupuesto de Egresos de la Federación se incluyeron recursos para mantenimiento, estos no se liberaron a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT).
El Plan de Justicia para los pueblos indígenas O?dam, Wixárika y Mexikan asignó más de 900 millones de pesos, pero más del 95% provino de fondos federales y la participación del gobierno estatal de Durango fue mínima. Esto ha generado críticas sobre la falta de compromiso local y la poca vigilancia en el uso de los recursos.
Mientras tanto, el rezago es mayúsculo: se estima que se requieren al menos 2 mil millones de pesos únicamente para mantenimiento de carreteras y puentes en el municipio de Mezquital, una cifra que multiplica varias veces lo que se ha ejercido hasta la fecha.
El panorama refleja una deuda histórica con estas comunidades, que no solo siguen aisladas en temporada de lluvias, sino que enfrentan la pérdida de vidas humanas por una omisión que se ha repetido año tras año.