La sombra de la presunta corrupción y el abuso de poder se cierne sobre el municipio de Nombre de Dios, donde un empresario ha levantado la voz para denunciar una extorsión que, asegura, fue orquestada desde la presidencia municipal y que terminó por destruir su fuente de trabajo. Edgar Caldera, dueño de un restaurante, acusa directamente a la alcaldesa Nancy Vásquez de liderar un esquema de presiones económicas que culminó con el cierre definitivo de su negocio.
Según el testimonio público del empresario, las autoridades municipales, actuando presuntamente bajo las órdenes de la presidenta Nancy Vásquez, le solicitaron un pago de 130 mil pesos para evitar la clausura de su establecimiento. A este monto, denuncia Caldera, se sumaba la exigencia de un permiso para la venta de alcohol con un costo exorbitante de 260 mil pesos, cifras que se alejan por completo de los aranceles oficiales.
Edgar Caldera afirmó que se negó rotundamente a cubrir estos pagos, los cuales consideró una extorsión clara. Como consecuencia de su negativa, relata, el restaurante que operaba desde hacía tres años y que generaba empleo para varias familias de la localidad, fue clausurado por inspectores municipales, argumentando diversas irregularidades administrativas.
El cierre no fue el final del calvario para el empresario. Caldera señaló que, tras la clausura, las autoridades continuaron ejerciendo una presión constante que hizo insostenible cualquier intento de reapertura. Ante este hostigamiento, que según su versión buscaba forzarlo a ceder a las exigencias económicas, tomó la dolorosa decisión de no reabrir el lugar y cerrar de manera definitiva el negocio, perdiendo así su inversión y dejando sin empleo a su personal.
Esta grave acusación coloca a la alcaldesa Nancy Vásquez en el centro de un escándalo de corrupción que, de probarse, evidenciaría un abuso de poder sistemático contra los comerciantes del municipio.