En lo que va de 2025, Durango ha experimentado un año marcado por cambios climáticos extremos, con temperaturas inusuales que han afectado directamente la salud de los duranguenses. La región ha enfrentado desde olas de calor de hasta 45°C hasta condiciones de heladas severas, lo que ha propiciado un aumento en las enfermedades respiratorias y otros problemas de salud estacionales.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), las temperaturas mínimas de enero de 2025 descendieron a los -15°C en algunas zonas del estado, mientras que marzo trajo consigo un drástico contraste climático, con temperaturas superiores a los 40°C y hasta nevadas en algunas áreas altas. Estos cambios bruscos no solo son una preocupación para la población general, sino que también tienen un impacto significativo en los grupos más vulnerables, como los niños y los adultos mayores.
El aumento de temperaturas extremas y las variaciones repentinas han provocado un incremento en las consultas médicas, especialmente por enfermedades respiratorias. En 2024, las autoridades reportaron un aumento del 30% en las consultas médicas por problemas respiratorios en la capital del estado, con el Hospital del Niño recibiendo un mayor número de pacientes debido a infecciones virales y alérgicas. La falta de lluvias y las altas temperaturas también han favorecido la propagación de enfermedades como la influenza y otras infecciones virales, afectando a las familias duranguenses.
Ante estos desafíos, las autoridades locales han intensificado sus esfuerzos para informar a la población sobre los riesgos y las medidas preventivas frente a los cambios climáticos y las enfermedades asociadas. Se recomienda a los duranguenses tomar precauciones ante el calor extremo y evitar exposiciones prolongadas al sol. También se hace un llamado a mantener una hidratación adecuada y a proteger a los grupos más vulnerables de las temperaturas extremas.