El intenso frío registrado en Durango ocasionó una notable disminución en la asistencia a las escuelas, ya que diversas instituciones educativas decidieron recomendar a los padres de familia no llevar a los estudiantes a clases hasta que las condiciones mejoren, posiblemente el próximo lunes. Esta medida se tomó con el objetivo de salvaguardar la salud de los menores, especialmente en las comunidades más vulnerables, donde las bajas temperaturas representan un riesgo significativo.
La recomendación fue resultado de un acuerdo entre padres de familia y autoridades escolares, quienes priorizaron el bienestar de los estudiantes frente al compromiso académico. En las colonias de la periferia y otras áreas donde las temperaturas son más severas, muchas familias optaron por seguir esta sugerencia, tomando en cuenta las dificultades que implica trasladarse en condiciones adversas. Los padres de familia destacaron que, aunque la educación es una prioridad, el cuidado de la salud de sus hijos es fundamental en contextos climáticos extremos como el actual.
Las bajas temperaturas, acompañadas de fuertes vientos en algunos puntos de la ciudad y áreas rurales, complicaron las actividades diarias, afectando no solo la asistencia escolar, sino también la movilidad general. Algunas escuelas notificaron a las familias mediante comunicados o grupos de mensajería sobre esta recomendación, destacando que no habría consecuencias académicas para los estudiantes que no asistieran. De igual manera, aquellas instituciones que decidieron mantener sus puertas abiertas redujeron el horario de actividades y reforzaron las medidas de cuidado para quienes decidieron enviar a sus hijos.
En las zonas periféricas, donde las viviendas suelen tener menor protección contra el frío, la medida fue bien recibida, ya que los menores son más propensos a padecer enfermedades respiratorias durante esta temporada. Los padres expresaron su agradecimiento por la flexibilidad mostrada por las escuelas ante las condiciones climáticas extremas. Por su parte, las autoridades educativas hicieron un llamado a la población para mantenerse informada sobre las recomendaciones oficiales y priorizar el uso de ropa abrigadora, así como evitar exponer a los niños a temperaturas extremas de manera innecesaria. Estas decisiones buscan minimizar los riesgos para la comunidad escolar en un contexto donde la salud debe ser la principal preocupación.