Exceso de velocidad ponen en riesgo a vecinos de Avenida Las Granjas

Una avenida diseñada para la convivencia vecinal se ha transformado en una peligrosa pista de carreras que amenaza la vida de peatones y residentes. La Avenida Las Granjas, una vialidad que debería ser un corredor seguro, es utilizada diariamente por conductores imprudentes como una vía de alta velocidad, recreando un riesgo que hace cuatro años ya cobró una vida en un trágico atropellamiento.

El problema central es la velocidad excesiva. A pesar de que el nuevo Reglamento de Tránsito Municipal, vigente desde octubre de 2025, que aun está en fase de prueba, establece un límite de 50 km/h para avenidas y bulevares, y de 40 km/h en calles de asentamientos, los conductores ignoran por completo estas disposiciones. La avenida se ha convertido en un caos donde el exceso de velocidad es la norma, no la excepción.

Esta situación se agrava por una falla estructural: la casi total ausencia de señalización vial. En Durango, uno de los problemas más recurrentes es la falta de señalamientos visibles y pintura en el pavimento que indique claramente los límites de velocidad, la presencia de topes y las zonas restringidas. Sin estas guías, los conductores se guían por su propia conveniencia, no por la seguridad.

Los vecinos de las colonias aledañas son quienes viven con el miedo constante. Su principal preocupación es la seguridad de los grupos más vulnerables, ya que a lo largo de esta vialidad se ubican numerosos negocios con alto flujo de clientes peatones y, lo más grave, varias escuelas cuyos estudiantes deben cruzar la avenida para llegar a clases.

La Avenida Las Granjas no es una calle cualquiera; es un conector vital. Esta vialidad une diversas colonias y fraccionamientos, concentrando un intenso tráfico de transporte público y privado. Funciona como un eslabón crucial entre la carretera a Mazatlán y el bulevar Primo de Verdad, que a su vez conduce a la carretera a El Pueblito. Esta importancia estratégica exige, con mayor urgencia, una intervención inmediata que devuelva la seguridad a un espacio que hoy está dominado por la imprudencia.