La detección de un nuevo caso de gusano barrenador en el estado de Nuevo León complica la exportación de ganado de Durango hacia Estados Unidos, según señalaron autoridades locales y representantes del sector ganadero.
El secretario de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús López Morales, calificó la situación como "compleja o nula", debido a que la plaga apareció en una zona previamente considerada libre. A pesar de que en Durango se mantienen los protocolos establecidos por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), la aparición de un nuevo caso obliga a reiniciar los procedimientos necesarios para la reapertura de la frontera.
"El día seis de octubre se reportó otro caso. Aunque la USDA lo considera aislado, esta estadística genera incertidumbre entre nuestros socios comerciales", explicó López Morales.
El secretario subrayó la preocupación del gobernador Esteban Villegas por la posible entrada de ganado procedente de zonas infectadas hacia territorios limpios, y señaló que se solicita restringir el ingreso desde el sur del país hasta garantizar la sanidad del ganado local. Este control, dijo, es crucial para recuperar la confianza de Estados Unidos en la compra de ganado duranguense.
López Morales anticipó que, debido a la necesidad de reiniciar los protocolos desde cero, la apertura de exportaciones podría no concretarse este año. Esto afectaría directamente a los productores, con pérdidas económicas estimadas en 2 mil 500 millones de pesos y presión sobre los precios del ganado.
Por su parte, el presidente de la Unión Ganadera Regional de Durango, Rogelio Soto Ochoa, confirmó la detección de la plaga en Montemorelos, Nuevo León, y detalló que la larva hallada procedía de Chiapas y llegó casi muerta. Explicó que esto obliga a prolongar los tratamientos obligatorios por SENASICA, lo que retrasa aún más la posible reapertura de la frontera.
Soto Ochoa expresó la urgencia de que las autoridades trabajen para abrir el mercado estadounidense a la brevedad. Tras casi un año de cierre, los productores enfrentan un panorama complicado, y cualquier demora prolonga las pérdidas económicas y limita la competitividad del sector ganadero duranguense.