Cultura
Familias se preparan para la celebración del 12 de diciembre
Por:
Gerardo Salazar
Durango
Fecha: 10-12-2025
Durango
Fecha: 10-12-2025
A dos días de la festividad en honor a la Virgen de Guadalupe, Durango ya comenzó a transformarse. En las calles, en los barrios y dentro de las casas, se siente un movimiento que no necesita anuncio oficial: el que nace del fervor, la tradición y el cariño heredado. El ambiente huele a leña encendida, a masa cocinándose, a ponche con piloncillo y a preparativos que parecen repetirse cada año, pero nunca igual.
Las familias afilan los últimos detalles para la celebración del viernes. En algunos hogares ya se organizan tandas de tamales, otros separan ingredientes para el asado duranguense, hay quienes reservan ollas completas de champurrado y quienes desde hoy ponen a hervir guayaba, canela y tejocote. Las compras comenzaron desde temprano, los mercados subieron el ritmo y el pasillo de veladoras parece tener dueño nuevo cada diciembre.
Pero el corazón de la previa está en las calles. Las danzas ya ensayan en explanadas y colonias: los trajes coloridos cuelgan listos, los penachos se desempolvan, los tambores retumban como aviso. Algunos grupos caminarán desde la madrugada hasta llegar al Santuario, otros saldrán en familia, con flores, con mandas que se han guardado todo el año o con agradecimientos que no se cuentan, se sienten.
El movimiento se percibe sin prisa, pero constante. Niños que prueban su primer traje de danzante, señoras que amasan desde la noche anterior, comerciantes que alistan velas y rosarios porque saben que viene buen día. Es la antesala de un viernes que no solo es celebración religiosa: es reunión, memoria, identidad y tradición.
Durango se prepara como sabe hacerlo: caminando, cocinando, bailando y creyendo. Porque antes del 12 de diciembre no hay silencio: hay esperanza encendida en cada casa donde ya huele a fiesta.
