Fe en San Judas Tadeo une generaciones cada 28 de octubre
Sociales

Fe en San Judas Tadeo une generaciones cada 28 de octubre

Por: Luis Carlos Bruciaga
Durango
Fecha: 28-10-2025

En un mundo lleno de incertidumbre, la imagen de San Judas Tadeo recorriendo las calles de Durango cada 28 de octubre se ha convertido en un poderoso símbolo de esperanza colectiva. Lejos de ser una tradición que se desvanece, la devoción al santo de las causas imposibles experimenta un renacimiento, adaptándose a los nuevos tiempos y encontrando un eco profundo no solo en adultos mayores, sino en jóvenes, adolescentes y familias enteras que buscan consuelo y fortaleza ante las adversidades de la vida moderna. Esta fe, que se renueva mes con mes, es el termómetro de las angustias sociales y un pilar para miles de duranguenses.

Entre los fieles más devotos se encuentran la señora Inocencia y su esposo, el señor José, quienes desde hace más de veinte años acuden puntualmente cada 28 de octubre a la misa para refrendar su fe. Para ellos, dueños de una tienda que han sacado adelante con gran esfuerzo, San Judas Tadeo ha sido un pilar fundamental. Su devoción no es un acto aislado; es un agradecimiento constante por las bendiciones recibidas, un vínculo que los sostiene en los momentos difíciles y que los impulsa a mantener viva su fe y su negocio.

La forma en que se manifiesta esta devoción ha evolucionado. Tradicionalmente asociada a los adultos mayores, ahora se observa una fuerte presencia intergeneracional. Los jóvenes han encontrado en las redes sociales un nuevo canal para expresar su fe, mientras que las familias completas, como la de Inocencia y José, acuden no solo en la fiesta patronal de octubre, sino cada 28 de mes para realizar "acciones de gracias" o renovar sus peticiones. Esta práctica mensual transforma la devoción en un ritual continuo de esperanza y gratitud.

El momento cumbre de esta expresión religiosa es, sin duda, cada 28 de octubre, fecha en la que la imagen del santo recorre las calles de la capital en una procesión multitudinaria. Sin embargo, la fe se mantiene viva todos los meses, demostrando que la necesidad de creer en lo imposible es una constante en la vida de la comunidad.

El lugar donde esta fe se hace tangible es en las calles de la ciudad de Durango, particularmente en la ruta de la procesión y en el templo donde se congregan los fieles. Pero más allá del espacio físico, la devoción habita en los hogares y negocios, como la tienda de la familia de Inocencia, donde el santo es invocado diariamente. La imagen de San Judas Tadeo no es solo una figura religiosa; es la fe hecha pueblo, un consuelo palpable para una comunidad que, frente a sus casos imposibles, encuentra en la tradición la fuerza para seguir adelante.


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