Frío extremo mantiene operativo para proteger personas en situación calle

La crudeza del invierno no da tregua y las temperaturas gélidas mantienen en alerta máxima a las autoridades de protección civil en Durango, quienes continúan desplegando un operativo para resguardar a la población más vulnerable. Mientras el termómetro desciende, el esfuerzo por sacar a las personas de las calles y llevarlas a refugios cálidos se intensifica, revelando una problemática social que, aunque ha disminuido, está lejos de ser erradicada.

El operativo invernal se lleva a cabo de manera conjunta entre los tres órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal. Esta coordinación busca ofrecer una red de apoyo integral, que va desde la ubicación de personas en situación de calle hasta su traslado y alojamiento en albergues temporales habilitados específicamente para la temporada de frío.

Las cifras oficiales muestran un avance, pero también la persistencia de un desafío humanitario. En 2024, la Coordinación Estatal de Protección Civil tenía un registro de 300 personas en situación de calle, concentradas principalmente en los municipios de Durango, Gómez Palacio y Lerdo. Para el año 2025, se reporta una disminución significativa, con cerca de 100 personas menos dentro de este padrón.

Esto significa que, actualmente, alrededor de 200 personas continúan viviendo en las calles de la entidad, expuestas a los rigores del clima invernal. La reducción en el registro es un dato alentador que sugiere una efectividad parcial de los operativos de rescate y los programas sociales, pero el número restante evidencia que la raíz del problema ?la falta de vivienda, empleo y redes de apoyo? sigue sin una solución estructural.

Por ello, Protección Civil mantiene la guardia alta. Los recorridos nocturnos en zonas de alta marginación, bajo puentes y en parques públicos se han vuelto una constante. El objetivo es claro y urgente: localizar a cada persona, ofrecerle un lugar caliente y una comida, y evitar a toda costa que el frío, un enemigo silencioso e implacable, cobre vías en una población que ya ha sido abandonada por el sistema en múltiples sentidos. La batalla contra el invierno es, en el fondo, una batalla por la dignidad humana.