El gobernador Esteban Villegas se ha visto obligado a salir al paso de las versiones que rodean la cancelación de su viaje oficial a Estados Unidos, una decisión que él atribuye a una emergencia de seguridad y que otros califican de incongruente ante el calendario de los hechos. Con firmeza, el mandatario estatal desestimó las críticas como simples "chismes", en una explicación que busca cerrar un capítulo de especulaciones pero que deja flancos abiertos sobre la sincronía de los eventos.
El viaje del gobernador a Estados Unidos había sido anunciado con semanas de anticipación y estaba programado para iniciar el jueves 14 de noviembre. Sin embargo, Villegas informó hoy, 2 de diciembre, que finalmente decidió no asistir. En su lugar, sostuvo reuniones virtuales a través de Zoom con las empresas con las que tenía agendados encuentros presenciales, manteniendo así, según dijo, los compromisos de promoción económica.
La razón central que argumenta el mandatario para esta cancelación de última hora es un hecho de sangre que conmocionó a la región. El exsecretario del Ayuntamiento de Gómez Palacio fue asesinado el lunes 17 de noviembre, tres días después de la fecha en la que el gobernador originalmente debía haber partido. Villegas aseguró que su equipo se enteró del homicidio justo antes de abordar el vuelo, una narrativa que ha generado escepticismo dado que el crimen ocurrió cuando, según el itinerario inicial, él ya debería estar fuera del país.
En una entrevista concedida esta mañana, el gobernador fue categórico al calificar como "chismes" todas las versiones que cuestionan los motivos reales de la cancelación. Afirmó que la decisión obedeció exclusivamente a priorizar la atención de un caso de alta repercusión. Villegas argumentó que si el asesinato hubiera ocurrido mientras él se encontraba fuera del estado y del país, la crítica mediática y social habría sido mucho más severa, por lo que prefirió quedarse para coordinar la respuesta institucional.
Las declaraciones del mandatario, ofrecidas con dos semanas de retraso respecto a los hechos, buscan poner punto final a un episodio que ha alimentado rumores en los círculos políticos. Sin embargo, la discrepancia temporal entre la fecha del viaje programado y la del crimen utilizado como justificación sigue siendo el núcleo de la polémica, dejando una pregunta en el aire sobre la congruencia de la cronología oficial y la transparencia en la comunicación de las decisiones del ejecutivo estatal.