La hiperhidratación, también llamada sobrehidratación o intoxicación por agua, es un trastorno que ocurre cuando se consume más líquido del que el cuerpo puede eliminar. Aunque es menos común que la deshidratación, sus consecuencias pueden ser graves: desde calambres y confusión hasta edema cerebral o coma.
Este desequilibrio sucede principalmente cuando la ingesta masiva de agua diluye el nivel de sodio en la sangre, provocando hiponatremia. La situación puede agravarse si, además del exceso de agua, se consumen bebidas energéticas o suplementos deportivos sin control.
En Durango, donde las temperaturas superan los 35 grados durante el verano, las recomendaciones sobre hidratación se intensifican, especialmente entre deportistas, trabajadores al aire libre y personas que asisten a gimnasios.
Según datos de la Secretaría de Salud estatal, en junio de 2024 se atendieron al menos ocho casos relacionados con el calor, entre ellos deshidratación e insolación. No se han reportado oficialmente casos de hiperhidratación, pero especialistas advierten que puede estar subdiagnosticada.
El riesgo aumenta entre quienes realizan actividad física intensa y consumen grandes cantidades de agua o bebidas deportivas pensando que así previenen la deshidratación. Sin embargo, las fórmulas con alto contenido de cafeína, taurina o azúcar (como las bebidas energéticas), alteran el metabolismo y pueden contribuir a una sobrecarga renal o a desequilibrios electrolíticos.
En climas extremos como el de Durango, la clave está en mantener el equilibrio, no en exagerar el consumo. La sobrehidratación es poco visible, pero real.