Incertidumbre en el suministro de gas LP afecta a Durango
El abasto de gas licuado de petróleo (LP) en Durango enfrenta desafíos que generan preocupación entre la población y las autoridades. Aunque no se ha declarado una escasez generalizada en el estado, usuarios reportan dificultades para adquirir el combustible, teniendo que visitar múltiples distribuidores para obtener el suministro necesario. Esta situación se deriva de problemas estructurales en la industria gasera a nivel nacional que impactan directamente en la entidad.
El Gremio Gasero Nacional ha señalado que la infraestructura obsoleta para transporte y distribución, sumada a los paros laborales realizados desde noviembre de 2024 por márgenes operativos insuficientes, han afectado la eficiencia del servicio. Estos factores han provocado que los tiempos de suministro se extiendan considerablemente, pasando de entregas inmediatas a esperas de varios días en algunos casos. La Comisión Reguladora de Energía (CRE) ajusta semanalmente los precios del combustible, lo que representa otra carga para las economías familiares, especialmente en hogares de bajos ingresos.
La situación se agrava por problemas de seguridad relacionados con instalaciones deficientes. Incidentes como la explosión en el fraccionamiento Fidel Velázquez y la fuga de gas en la primaria Eva Sámano - que obligó a evacuar a estudiantes y vecinos - han puesto en evidencia la necesidad de mejorar las condiciones de almacenamiento y distribución del combustible.
Ante este panorama, las autoridades estatales y empresas distribuidoras trabajan en medidas para garantizar el suministro continuo y seguro del gas LP, recurso esencial para el 80% de los hogares duranguenses que dependen de este combustible para cocinar y calentar agua. Se recomienda a la población verificar el estado de sus instalaciones de gas, reportar fugas inmediatamente y estar atenta a los comunicados oficiales sobre la disponibilidad del producto.
Mientras se resuelven los problemas de fondo en la industria, Durango enfrenta el reto de mantener el abasto de este energético sin comprometer la seguridad de la población ni afectar aún más la economía familiar. La situación requiere atención coordinada entre autoridades, empresas y usuarios para prevenir crisis mayores en el suministro de este servicio básico.
