Jóvenes buscan empleo temporal y enfrentan riesgos por abusos laborales en Durango

La desesperación por conseguir el aguinaldo navideño o el primer sueldo propio está llevando a cientos de jóvenes duranguenses a un terreno laboral minado de riesgos. En una temporada donde la economía familiar pesa más que nunca, el trabajo temporal surge como un salvavidas, pero también como una potencial trampa donde la inexperiencia puede ser explotada con contratos abusivos y condiciones laborales oscuras.

La contratación temporal va en aumento en el estado, según datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Sin embargo, este aparente dinamismo choca con la perspectiva del sector empresarial. Cámaras comerciales, representadas por voceros como Beatriz Zamora, advierten que el cierre de año será económicamente complicado debido a la baja actividad y la disminución en las ventas, un escenario que genera empleos frágiles y de mala calidad.

Este contraste entre oferta laboral y debilidad económica ha potenciado otra vía: el autoempleo. Muchos duranguenses, ante la falta de oportunidades formales, optan por iniciar pequeños negocios temporales, especialmente de comida, en un intento por generar ingresos en una temporada que, paradójicamente, es de altos gastos pero también de baja circulación de dinero.

El mayor peligro lo enfrentan los jóvenes que buscan su primer empleo. Autoridades laborales advierten que algunas empresas aprovechan la necesidad y el desconocimiento para ofrecer condiciones poco claras, asignar actividades diferentes a las descritas en el contrato o exceder los horarios y cargas de trabajo establecidas por la ley, todo bajo la amenaza implícita de ser despedidos.

Por ello, las recomendaciones de los expertos son claras y urgentes. Todo empleado temporal, especialmente quienes tienen poca experiencia, debe conocer sus derechos fundamentales. Es crucial revisar minuciosamente cada cláusula del contrato antes de firmar, verificar que la empresa esté registrada y cumpla con la normatividad vigente, y nunca aceptar realizar funciones radicalmente distintas a las pactadas. En una temporada donde la necesidad aprieta, la información y la cautela son la mejor defensa contra la explotación laboral disfrazada de oportunidad.