En la parroquia Santa Rosa de Lima, los preparativos para el Viacrucis de Semana Santa se viven con especial intensidad este año, gracias al compromiso de los jóvenes que asumen los papeles centrales de la representación. Samuel, de 19 años, será quien encarne a Jesús, mientras que Andrea Pantoja, coordinadora del grupo juvenil GIXTO, interpretará a María, su madre.
Para Samuel, esta experiencia va más allá de un papel teatral. "Estoy sumamente agradecido por esta oportunidad. Lo hago con el deseo de servir a mi comunidad y, sobre todo, atraer a más jóvenes a través de esta representación, para que puedan unirse y acercarse más a Dios", expresa. Su convicción es clara: representar a Jesús no solo durante el Viacrucis, sino también en su vida cotidiana, en su entorno y con las personas que lo rodean.
Andrea, por su parte, comparte que el papel de María ha sido un reto espiritual profundo. "Me he preguntado por qué me eligieron a mí, habiendo tantas jóvenes con una conexión tan fuerte con Jesús", confiesa. No obstante, se dice feliz, entusiasmada y agradecida con Dios por esta oportunidad. "No es solo ponerse una túnica y un velo, es estar espiritualmente enfocada, consciente de lo que significa acompañar a Jesús en su sufrimiento", añade.
Ambos jóvenes se han preparado con oración, reflexión y apoyo de su comunidad. Su compromiso va más allá de una dramatización: es un testimonio de fe, de empatía y de esperanza. "Ver a mi compañero cansado y herido me conmueve profundamente. Me siento llamada a acompañarlo desde el corazón", dice Andrea, mientras Samuel concluye: "Quiero que mi vida también refleje a Cristo, dentro y fuera del templo".
Este viernes, la comunidad vivirá un Viacrucis cargado de emoción, entrega y juventud, en el que el mensaje de amor y redención cobra vida en cada paso.