El fantasma de la tragedia en Sonora ha llevado a los inspectores municipales en Durango capital a una revisión exhaustiva de una de las cadenas de tiendas de conveniencia más populares de la entidad, donde casi la mitad de los establecimientos operaban con un permiso vital vencido, poniendo en jaque la seguridad de sus clientes y trabajadores.
La Dirección de Inspectores Municipales realizó un operativo de vigilancia en las diez tiendas Waldo's de la ciudad. El resultado fue alarmante: cuatro de estos establecimientos fueron sorprendidos funcionando sin contar con el refrendo actualizado del dictamen de Protección Civil, un documento esencial que certifica que el negocio cumple con las condiciones mínimas de seguridad.
Estas inspecciones no fueron rutinarias. Fueron motivadas por el grave incidente ocurrido recientemente en el estado de Sonora, un suceso que encendió las alertas a nivel nacional sobre la importancia de hacer cumplir los reglamentos de protección civil en todos los comercios, especialmente en aquellos de alta afluencia de público.
Ubaldo Salazar, director de Inspectores Municipales, confirmó los hallazgos y detalló las acciones emprendidas. Explicó que a los cuatro negocios infractores no se les clausuró de inmediato, pero sí se les levantó un acta de advertencia. Esta notificación los insta de manera formal y perentoria a regularizar su situación ante las autoridades de Protección Civil.
La advertencia conlleva una seria consecuencia. Salazar dejó claro que si estos establecimientos no solucionan su irregularidad en el plazo establecido, se enfrentarán a sanciones económicas cuyo monto podría ser considerable. El objetivo no es recaudar, sino forzar el cumplimiento de la ley.
La medida busca, sobre todo, garantizar la integridad de las personas. Al exigir la regularización de los dictámenes, las autoridades pretenden asegurar que estas tiendas cuenten con las medidas de prevención necesarias, como salidas de emergencia despejadas, extintores en buen estado y instalaciones eléctricas seguras.
Este operativo preventivo envía un mensaje contundente a todos los comercios de la ciudad: la negligencia en materia de seguridad no será tolerada. Las autoridades demuestran con hechos que, tras el incidente en Sonora, la supervisión se ha intensificado, priorizando el bienestar de la ciudadanía sobre cualquier interés comercial. La promesa es clara: evitar, a toda costa, un incidente local que pueda ser lamentado.