El puente peatonal ubicado en el bulevar Domingo Arrieta, frente a la escuela Ignacio Zaragoza, representa un riesgo latente de accidente mayor, según denuncian vecinos, comerciantes y trabajadores de la zona. Con más de 40 años de antigüedad, la estructura presenta un deterioro avanzado que amenaza la seguridad de quienes transitan por el lugar.
El daño estructural es evidente: varillas expuestas, alambres oxidados y trozos de metal se desprenden con frecuencia, cayendo sobre la vía pública. Algunos de estos fragmentos han golpeado vehículos y causado alarma entre los conductores. "Están lloviendo pedazos de metal que caen desde el puente. Aquí tenemos pruebas de lo que ha caído en los últimos días, y por eso solicitamos que el municipio haga algo", denunció un vecino.
Desde hace varios meses, los residentes han solicitado a las autoridades municipales y estatales una solución urgente. Sin embargo, aseguran que hasta ahora no han recibido respuesta ni se ha implementado alguna acción de mantenimiento o evaluación del estado de la estructura.
Además del riesgo físico, el puente también se ha convertido en un punto de insalubridad y abandono. Vecinos reportan que personas en situación de calle lo utilizan como refugio, y que el lugar funciona como basurero y baño público. "El puente está en pésimas condiciones. No creemos que se pueda reparar por el deterioro de la estructura, pero sí pueden venir a quitarlo, porque es peligroso para nosotros", agregó una residente.
Incluso, algunos vecinos han intervenido cuando personas con intenciones de autolesionarse han intentado subir al puente, aumentando la preocupación por su permanencia.
Los habitantes exigen una intervención inmediata antes de que ocurra una tragedia.