El pasado 12 de diciembre, Cecilia, una comerciante de la calle Pino Suárez, en el Centro Histórico de Durango, fue víctima de un robo en su local. El incidente ocurrió por la noche, cuando un delincuente ingresó por la parte frontal del establecimiento y sustrajo diversos objetos de valor. Entre los bienes robados se encuentran ropa que estaba a la venta, una pantalla de 40 pulgadas y una suma considerable de dinero en efectivo. La comerciante, consternada por el suceso, expresó su preocupación e incertidumbre debido a que esta no es la primera vez que ocurren robos en la zona.
Según testimonios de otros vecinos y comerciantes del área, los robos en las calles Pino Suárez y Carlos León de la Peña han sido constantes en los últimos dos meses. Esto ha generado una creciente sensación de inseguridad entre quienes dependen de sus negocios en la zona. La afectada, tras el robo, decidió interponer la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General del Estado el día 13 de diciembre, con la esperanza de que las autoridades tomaran cartas en el asunto de manera inmediata.
Sin embargo, a pesar de la prontitud con la que la denuncia fue presentada, Cecilia no fue contactada por las autoridades hasta el 24 de diciembre. Fue en esa fecha cuando le informaron que se llevaría a cabo una inspección en su local para tomar las evidencias necesarias y comenzar con las investigaciones formales del caso. Este retraso en la respuesta de las autoridades ha generado frustración en la comerciante, quien considera que la seguridad en la zona debe ser reforzada, tanto para prevenir nuevos incidentes como para brindar apoyo a las víctimas de estos delitos.
Los robos en el Centro Histórico no solo afectan la economía local, sino también el bienestar emocional de los comerciantes, quienes sienten que no cuentan con la protección adecuada. Ante esta situación, la comunidad espera que las autoridades municipales y estatales tomen medidas más estrictas para garantizar la seguridad en la zona y detener la ola de robos que ha afectado a varios negocios. Mientras tanto, comerciantes como Cecilia continúan enfrentando la incertidumbre y el temor de que su negocio pueda ser víctima nuevamente de la delincuencia.