El caso de Carlos Emilio, quien desapareció el pasado 5 de octubre en la Terraza Valentino, ha encendido la indignación social. A cinco días sin noticias, su madre eleva un clamor desesperado ante autoridades estatales y federales.
"Hoy es su cumpleaños 21, pero no hay pastel ni velas? solo angustia y silencio", expresó entre lágrimas la madre de Carlos Emilio, un joven desaparecido desde el domingo 5 de octubre en uno de los lugares más conocidos del puerto: la Terraza Valentino.
En un video que rápidamente se difundió por redes sociales, la madre dirigió un mensaje directo a las más altas autoridades del país: la presidenta Claudia Sheinbaum, el secretario de Seguridad Omar García Harfuch, el gobernador Rubén Rocha Moya, el vicefiscal de Mazatlán Isaac Aguayo, y los titulares de Marina y la Defensa Nacional. Su petición es clara: "Agilicen la búsqueda y entréguenme a mi hijo".
La desaparición de Carlos Emilio ha causado conmoción no solo por su edad, sino por las circunstancias que rodean el caso. Según el testimonio de su madre, el joven fue visto por última vez alrededor de las 2:30 de la madrugada, dentro del baño del establecimiento Terraza Valentino, sin que hasta el momento se conozca su paradero.
"Estoy viviendo el peor terror que una madre puede enfrentar", dice con la voz entrecortada. En su mensaje también exige a Ricardo Pitti Velarde, secretario de Turismo de Sinaloa y propietario del establecimiento, entregar toda la información necesaria para esclarecer lo ocurrido dentro del local la noche de los hechos.
La familia asegura que las horas han transcurrido sin respuestas concretas y con una sensación creciente de desesperación. "No pedimos favores, exigimos justicia y acción inmediata", afirmó la madre, quien insistió en que no se trata de un caso aislado, sino de un llamado a que ninguna otra familia viva la misma incertidumbre.
Mientras tanto, la búsqueda continúa. En redes sociales, amigos, familiares y usuarios anónimos comparten la imagen del joven con la esperanza de que alguien aporte información. En Mazatlán, la desaparición de Carlos Emilio se ha convertido en un símbolo de la vulnerabilidad que enfrentan los jóvenes, incluso en espacios de recreación.
"Solo quiero a mi hijo de vuelta", repite la madre al final del video, un grito que hoy resuena más allá de Sinaloa, exigiendo respuestas en un país donde la ausencia se ha vuelto una herida constante.