Manutención en Durango: deuda, abandono y niñez pagando el costo

Cuando un matrimonio termina, el vínculo entre los adultos puede romperse, pero el de un hijo con su derecho a vivir dignamente no. Sin embargo, en Durango como en gran parte del país la separación muchas veces no termina en acuerdos compartidos, sino en un sistema donde uno de los padres cumple, otro evade y los niños quedan en medio de una batalla económica que no pidieron.

Las cifras lo explican sin rodeos. El Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias (RNOA) reporta 124 personas registradas en Durango por adeudos en pensión alimenticia, una cifra que coloca al estado entre los primeros del país con morosidad activa. A esto se suma que, según registros judiciales, el 70% de las pensiones ordenadas en Durango no se cumple de manera puntual, provocando que miles de menores dependan únicamente del esfuerzo económico de quien se queda a cargo del hogar.

La ley establece que ambos padres deben cubrir alimentación, vivienda, educación, salud, transporte, vestimenta y cualquier necesidad básica del menor. Cuando no existe acuerdo voluntario, un juez fija la pensión. El monto no es caprichoso: se calcula con base en el salario o ingresos demostrables del obligado. En la mayoría de los casos, entre el 15% y el 30% del sueldo mensual es retenido directamente vía nómina para garantizar el pago; si el padre o madre se niega, pueden aplicarse medidas como embargo de bienes, prohibición para salir del país o inscripción formal en el RNOA.

Aunque existen también madres deudoras, los expedientes judiciales reflejan que la mayoría de incumplimientos proviene de hombres, lo que incrementa la carga financiera para mujeres que encabezan hogares sin acompañamiento económico. Para algunas, la falta de pensión significa doble turno de trabajo, deuda, abandono laboral o reducción en gastos que impactan directamente a los menores.

La manutención no es un favor, no es caridad y no depende del ánimo con que se terminó una relación: es una obligación legal y un derecho de la niñez. Mientras las cifras sigan marcando más incumplimiento que responsabilidad, el conflicto no será entre exparejas? será entre un sistema frágil y la infancia que queda descubierta.