La muerte del veterinario Héctor Hernández ha generado indignación a nivel nacional, provocando un paro de actividades y movilizaciones en varias ciudades. Su caso tomó relevancia luego de que denunciara en redes sociales amenazas y agresiones tras el fallecimiento de una perrita llamada Mía, quien no sobrevivió a una cirugía.
Hernández explicó en su perfil de Facebook que los dueños de la mascota lo responsabilizaron por el deceso y comenzaron a exigirle una compensación de 50 mil pesos. Aseguró que el procedimiento se realizó conforme a los protocolos veterinarios y que la muerte del animal fue consecuencia de complicaciones ajenas a su trabajo. Sin embargo, al negarse a pagar la cantidad exigida, fue víctima de agresiones físicas. Publicó imágenes en las que se podían ver heridas con arma blanca, asegurando que temía por su seguridad.
Días después, su fallecimiento causó indignación en la comunidad veterinaria y en la sociedad en general. Médicos y activistas han señalado que este no es un caso aislado, sino una muestra de la violencia e intimidación que enfrentan muchos veterinarios en el ejercicio de su labor.
El paro nacional fue convocado como una forma de protesta para visibilizar la falta de protección para estos profesionales y exigir justicia por la muerte de Héctor Hernández. En varias ciudades, colegas del gremio han salido a las calles con pancartas y consignas, pidiendo que el caso no quede impune y que se implementen medidas para garantizar la seguridad de quienes trabajan en el cuidado de los animales.