La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) informó que al menos 1,760 palestinos han perdido la vida en la Franja de Gaza desde finales de mayo mientras intentaban acceder a asistencia humanitaria, en un contexto marcado por la escasez extrema de alimentos, medicinas y agua potable.
De acuerdo con el organismo, la cifra incluye a personas fallecidas durante ataques o incidentes ocurridos en las cercanías de puntos de distribución de ayuda, así como en desplazamientos hacia zonas donde se anunciaba la entrega de suministros.
La ONU y diversas organizaciones no gubernamentales han reiterado que la situación humanitaria en Gaza es "catastrófica" y han instado a las partes en conflicto a garantizar un acceso seguro y sostenido para la asistencia. Sin embargo, las restricciones de movimiento, la inseguridad y los enfrentamientos han dificultado los esfuerzos de ayuda.
"Cada día que pasa sin un cese de hostilidades y sin un corredor humanitario efectivo, más vidas están en riesgo", advirtió un portavoz de OCHA.
Desde el inicio de la actual escalada de violencia, la comunidad internacional ha llamado a establecer un alto al fuego y permitir la entrada masiva de suministros, pero las negociaciones continúan sin resultados concretos. Mientras tanto, miles de familias permanecen desplazadas y dependen casi por completo de la ayuda externa para sobrevivir.