El mezcal producido en Durango ha logrado posicionarse como un símbolo económico y cultural en la región, respaldado por el distintivo "Hecho en México". A pesar de no ser un producto de primera necesidad, su elaboración genera empleos, activa cadenas productivas locales y representa una de las principales agroindustrias del estado. En 2023, Durango certificó la producción de más de 202 mil litros de mezcal, cifra superior a los 138 mil litros del año anterior. Esta alza se reflejó principalmente en exportaciones.
Estados Unidos sigue siendo el principal destino del mezcal duranguense, aunque cada vez hay más presencia en otros países como Canadá y Dubái. Esta expansión internacional ha permitido amortiguar el impacto que ha tenido una caída del consumo interno. Desde el año pasado, mezcaleros locales han enfrentado una baja de hasta 20% en sus ventas dentro del país, debido a la desaceleración económica y el encarecimiento de los insumos.
La producción se concentra especialmente en municipios como Nombre de Dios, Mezquital y Poanas, donde se cultiva el agave cenizo (Agave durangensis), especie endémica de la entidad. Su procesamiento, mayoritariamente artesanal, impulsa economías rurales y da sustento a cientos de familias. Sin embargo, los productores enfrentan desafíos importantes: altos costos de certificación, dificultades logísticas y competencia con otras entidades como Oaxaca y Guerrero.
El sello "Hecho en México" ha sido clave para reforzar la identidad del mezcal duranguense como producto de calidad. La estrategia de marca no solo abre puertas en mercados extranjeros, también permite sostener su presencia en un entorno económico complicado. El mezcal no solo es una bebida; es una actividad económica esencial para muchas comunidades de Durango, y su permanencia depende de fortalecer su producción, distribución y reconocimiento