La tarde del miércoles 30 de abril se vivió una tragedia en la Escuela Secundaria Ignacio Manuel Altamirano (ESIMA), cuando un estudiante de tan solo 13 años falleció al interior del plantel, causando conmoción entre alumnos, docentes y padres de familia.
El incidente ocurrió alrededor de las 17:30 horas. De acuerdo con versiones preliminares, el joven comenzó a sentirse mal durante sus actividades escolares. Algunos testimonios señalan que se desvaneció en el baño, mientras que otros indican que fue dentro del aula. Compañeros y personal de la escuela lo trasladaron de inmediato al área de enfermería, donde intentaron brindarle los primeros auxilios.
A pesar de los esfuerzos del personal escolar, el adolescente ya no presentaba signos vitales cuando llegaron los paramédicos de la Cruz Roja. Tras confirmar su fallecimiento, la Fiscalía General del Estado intervino y ordenó el traslado del cuerpo al Servicio Médico Forense (SEMEFO) para realizar la necropsia de ley. Extraoficialmente se ha mencionado que la causa del deceso podría tratarse de un infarto agudo al miocardio, aunque esto será confirmado por el estudio forense.
Este lamentable suceso ha provocado una oleada de tristeza en la comunidad educativa, al tiempo que reabre el debate sobre la preparación de los planteles escolares ante emergencias médicas. Padres de familia y organizaciones civiles han comenzado a cuestionar la falta de personal médico especializado en las escuelas y la necesidad de contar con protocolos efectivos de atención inmediata.
Hasta el momento, la Secretaría de Educación del Estado no ha emitido un comunicado oficial. Mientras tanto, se espera que en los próximos días se lleven a cabo actos de homenaje en memoria del estudiante, así como atención psicológica para sus compañeros.
La sociedad duranguense se encuentra de luto por la irreparable pérdida de un joven que apenas comenzaba su camino.