La noche del sábado, mientras miles de familias se preparaban para celebrar el Día de las Madres, una mujer perdió la vida tras más de tres semanas de lucha entre la vida y la muerte. Se llamaba Victoria García Sánchez, tenía 94 años y, en lugar de flores y canciones, murió en una cama del Hospital General 450, víctima de una brutal golpiza que aún estremece a la comunidad de El Hormiguero, en Guadalupe Victoria.
El 14 de abril, el horror irrumpió en su hogar. Tres hombres ?conocidos como "La Vasca", "El Tilanillo" y "El Perico"? ingresaron a su casa con la intención de robar, pero no solo se llevaron pertenencias: dejaron a dos hermanas de la tercera edad al borde de la muerte, golpeadas con saña, sin que su edad o su fragilidad les valieran un gramo de compasión.
Doña Victoria fue la que llevó la peor parte. Siete costillas rotas, un pulmón colapsado, tres traumatismos craneoencefálicos severos. Durante más de 20 días su cuerpo resistió, aferrado a la vida con una fuerza que solo tienen quienes han vivido casi un siglo. Pero a las 22:45 horas del sábado, su corazón no pudo más.
La Fiscalía confirmó que los agresores ya están detenidos. En un inicio, fueron vinculados por feminicidio en grado de tentativa y robo agravado. Pero ahora, con el fallecimiento de Doña Vicky, el delito será reclasificado como feminicidio consumado. La Fiscalía ya trabaja en la actualización del proceso judicial que podría derivar en penas de hasta 70 años de prisión.
La muerte de Victoria ha desatado indignación, tristeza y una pregunta amarga que flota en el ambiente: ¿cómo puede alguien ensañarse así con una mujer de 94 años y su hermana de 81?
Mientras algunos celebraban a sus madres, una familia vistió de luto. Una madre más se ha ido, pero no en paz. Se fue víctima del odio, la violencia y la impunidad que aún acecha nuestros hogares.