Durante la Feria Nacional Villista del año pasado, la Dirección de Salud Pública Municipal inspeccionó 420 puestos de comida. De estos, 11 fueron sancionados por no cumplir con las normas básicas de higiene, según informó el titular de la dependencia, Esteban Aguilar.
Las verificaciones se realizaron de manera aleatoria, aunque en algunos casos también se actuó en respuesta a denuncias ciudadanas. Las muestras recolectadas revelaron la presencia de condiciones que representaban un riesgo para la salud pública.
Aguilar explicó que las principales causas de contaminación detectadas están relacionadas con el manejo inadecuado de los alimentos, el uso de agua no apta para el consumo, fallas en la conservación por falta de refrigeración, e incluso por contacto con bacterias presentes en heces fecales. Señaló que este tipo de prácticas pueden derivar en enfermedades gastrointestinales, sobre todo en personas con sistemas inmunológicos debilitados.
La autoridad sanitaria indicó que, ante este tipo de hallazgos, se aplicaron sanciones conforme a lo establecido en los reglamentos municipales, sin detallar el tipo de castigo ni si alguno de los negocios fue clausurado.
El funcionario recordó que los vendedores de alimentos en espacios públicos tienen la obligación de cumplir con normas mínimas de sanidad, tanto en la preparación como en el almacenamiento de los productos. En este sentido, advirtió que el operativo de supervisión se mantendrá durante los próximos días, especialmente en eventos masivos.
Finalmente, hizo un llamado a los comerciantes a extremar precauciones para evitar sanciones y garantizar la seguridad de los consumidores. También pidió a la ciudadanía reportar cualquier irregularidad, ya que las denuncias permiten identificar riesgos que podrían pasar desapercibidos en los recorridos de rutina.