El pánico se extiende entre las mujeres de Durango. Caminar solas de noche se ha convertido en un riesgo, salir del trabajo o la escuela genera incertidumbre, y la pregunta que resuena en cada familia es la misma: ¿quién será la siguiente?
El feminicidio de la odontóloga Cristina Aguilar en Gómez Palacio ha estremecido a la sociedad. Un acosador, Jorge "N", quien ya se encuentra detenido, la atacó con un arma blanca mientras viajaban en el mismo vehículo. No hubo nadie que la protegiera. Nadie que evitara que su vida terminara de esa manera.
Días antes, en plena vía pública en la capital, María fue brutalmente atacada con un machete por un hombre en situación de calle. Sobrevivió, pero está en el hospital luchando por recuperarse. ¿Su crimen? Estar en el lugar equivocado.
En 2024, Durango registró 20 feminicidios, según la asociación "Sí Hay Mujeres en Durango". De estos, solo 14 fueron llevados a proceso legal, mientras que seis quedaron fuera al no cumplir con las características establecidas. Seis mujeres asesinadas sin justicia. La impunidad sigue presente y la violencia contra las mujeres no se detiene.
Las autoridades insisten en que hay operativos de seguridad, pero las calles siguen siendo peligrosas. Las mujeres no se sienten seguras. El miedo ya no es solo una sensación, es una realidad. Cada agresión, cada feminicidio, es una prueba de que algo no está funcionando.
Las familias exigen justicia, pero también prevención. No quieren más comunicados oficiales ni promesas de reforzar la seguridad. Quieren poder vivir sin miedo. El pánico no debería ser el precio de ser mujer en Durango.