La imprudencia infantil con pólvora desató una emergencia ambiental en la sierra duranguense, cuando un juego con pirotecnia se convirtió en un incendio forestal que puso en riesgo un área del municipio de Tepehuanes. La rápida y coordinada respuesta de las autoridades y la comunidad logró controlar las llamas en cinco horas, evitando una tragedia mayor pero dejando una lección contundente sobre los peligros de la pólvora en zonas de vegetación.
El siniestro inició aproximadamente a las 12:30 horas en la colonia Gómez Morin, ubicada en el municipio de Tepehuanes. Las primeras investigaciones de las autoridades en el sitio confirmaron que el origen del fuego fue la manipulación de pirotecnia por parte de menores de edad, quienes, sin medir las consecuencias, iniciaron el incendio mientras jugaban, un hecho que podría haber terminado en catástrofe dada la vegetación seca de la temporada.
Ante la alerta, se desplegó de inmediato un operativo interinstitucional de combate al fuego. En una labor conjunta, participaron elementos de Protección Civil del estado, la Policía Estatal, la brigada especializada "Bagres" y, de manera crucial, los propios dueños de los predios aledaños, quienes aportaron conocimiento local y esfuerzo físico para crear cortafuegos y evitar la propagación.
El trabajo intensivo dio fruto a las 17:30 horas, cuando el incendio fue dado por controlado. El saldo, afortunadamente, fue totalmente blanco: no se reportaron personas lesionadas, afectadas ni viviendas dañadas, un resultado que se atribuye directamente a la pronta intervención y la eficaz coordinación entre los cuerpos de auxilio y la comunidad.
El número exacto de hectáreas afectadas por las llamas se encuentra aún en proceso de cuantificación por parte de las autoridades ambientales. Sin embargo, se subrayó que no se registraron afectaciones mayores al ecosistema gracias a la velocidad de la respuesta. Este incidente sirve como una severa advertencia, especialmente en temporada decembrina, sobre el riesgo que representa la pirotecnia no solo en zonas urbanas, sino también, y con potencial devastador, en áreas rurales y boscosas.