La lectura ya no forma parte del día a día de muchas personas, y no es solo por falta de interés. Aunque hoy hay más acceso que nunca a libros y contenido digital, el hábito de leer va en descenso, y la comprensión lectora también está en crisis.
Según el Inegi, en 2023 el 68.5 % de los mexicanos mayores de 18 años se consideró lector, con un promedio de 3.4 libros leídos al año. Pero solo el 27.1 % dijo entender por completo lo que lee. El problema ya no es solo la cantidad de lectura, sino la forma en que se está leyendo.
Hay muchas razones detrás del abandono del hábito lector: poco fomento en la infancia, falta de tiempo o dinero, apatía. Pero hay un factor que destaca en esta época: el uso constante de dispositivos tecnológicos y su efecto directo en la atención.
En 2024, se estima que alrededor de 36,000 personas en Durango son analfabetas. Esto representa aproximadamente el 2.7% de la población duranguense mayor de 15 años que no saben leer ni escribir. La mayoría de estas personas tienen más de 50 años y no muestran interés en aprender.
Hoy, una persona puede mantener su enfoque frente a una pantalla por apenas 47 segundos. Si se distrae, puede tardar hasta 25 minutos en volver a concentrarse. Ese entorno afecta cómo se procesa la lectura y cómo se comprende.
Además, la lectura digital ha modificado nuestros hábitos. Escanear textos en lugar de leerlos a fondo se ha vuelto común. Esa velocidad para consumir contenido desplaza la comprensión profunda. En un mundo saturado de información, cada vez es más raro sentarse a leer con calma.