La propuesta de reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, aunque representa un avance significativo para los derechos de los trabajadores, también podría generar efectos negativos en la economía si no se aplica de manera gradual y planificada. Así lo advirtió Mauricio Holguín, presidente del Consejo Empresarial Mexicano (CEM), quien expresó su preocupación por las implicaciones que tendría una implementación abrupta de esta medida.
Holguín reconoció que la reforma es válida y beneficiosa para la clase trabajadora en el largo plazo, ya que busca mejorar la calidad de vida, el bienestar y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. No obstante, destacó que el entorno económico actual del país no es el más adecuado para aplicar este tipo de cambios de forma inmediata, ya que muchas empresas aún se están recuperando de los efectos de la pandemia y enfrentan desafíos financieros importantes.
El líder empresarial explicó que una reducción de jornada sin una estrategia gradual obligaría a muchas empresas a reorganizar sus procesos operativos sin poder contratar más personal, lo que provocaría una disminución en la productividad y dificultaría la creación de nuevos empleos. Además, subrayó que esta reforma podría generar incertidumbre entre las compañías extranjeras interesadas en invertir en México, ya que muchas de ellas basan sus planes de expansión en las condiciones laborales vigentes.
"Esto realmente pone un granito más de dificultad en el riesgo de la inversión extranjera y en la implementación de nuevas empresas en México", puntualizó Holguín. Por ello, hizo un llamado a que la medida se implemente de forma paulatina, con una planeación que permita a las empresas adaptarse sin afectar su estabilidad operativa.