La reciente elección de jueces por voto popular, promovida como una reforma democrática histórica, ha dejado más dudas que certezas entre juristas y académicos. Para el abogado constitucionalista Martín Vivanco, lo que se vivió en la jornada electoral fue una muestra preocupante de improvisación, desinformación y riesgo institucional.
"Era complicadísimo votar. Nadie tenía información clara. Las personas acudieron con acordeones impresos, lo que significa que el voto no fue enteramente libre ni secreto", explicó Vivanco. Según datos oficiales, apenas el 13% del padrón votó por los jueces, una cifra extremadamente baja para una reforma de tal trascendencia.
Para el abogado, el proceso no solo evidenció una pobre participación, sino también una transformación que amenaza con debilitar el sistema de justicia. "Hoy despertamos con una reforma que elimina la independencia del Poder Judicial. Se rompe el equilibrio de poderes y se desprofesionaliza la justicia", advirtió.
Vivanco también criticó el perfil de algunos candidatos que resultaron electos: "Hay quienes no tienen idea de lo que implica ser juez. El derecho es una técnica compleja y vimos candidaturas sin formación jurídica suficiente, sin experiencia y sin una propuesta clara".
El jurista fue enfático al señalar que el sistema judicial no puede regirse por las reglas de una contienda electoral. "Un juez no debe buscar popularidad, ni depender del respaldo de partidos o grupos de presión. Necesita autonomía para aplicar la ley con imparcialidad. Hoy corremos el riesgo de tener jueces que dicten sentencias para agradar al electorado, no para impartir justicia".
Sobre el financiamiento y equidad en la contienda, señaló que los topes fueron modificados a última hora y el acceso a medios fue limitado. "No hubo debates, no hubo espacio para deliberar propuestas serias. Fue una elección en la que ganó quien más movilización tuvo, no quien más conocimiento jurídico demostró".
Vivanco concluyó que México está entrando en una etapa oscura en materia de justicia, pero que el trabajo de reconstrucción institucional debe iniciar de inmediato. "Ya no hablamos de reforma del Estado, sino de su reconstrucción. Se requiere volver a una justicia profesional, técnica, autónoma. La ciudadanía merece un Poder Judicial que no obedezca a intereses facciosos, sino al Estado de Derecho".