La confirmación de un caso de rabia humana encendió las alertas sanitarias de la región y obligó a reforzar la vigilancia epidemiológica de Durango en coordinación con Zacatecas. Las autoridades de ambos estados aplicaron medidas inmediatas para contener cualquier posible transmisión y reducir riesgos en la población.
De acuerdo con la Secretaría de Salud de Durango, tres familiares cercanos de la paciente fueron clasificados como contactos de alto riesgo. La decisión se tomó luego de comprobar que compartieron alimentos y bebidas con la persona infectada. Ninguno de ellos fue agredido por el animal portador ?un zorrillo?, pero por protocolo recibieron un esquema de profilaxis postexposición, tal como lo establecen las normas internacionales de manejo ante rabia.
El caso obliga a redoblar la vigilancia epidemiológica en zonas rurales y urbanas donde existe presencia de fauna silvestre. Las brigadas estatales mantienen recorridos para identificar posibles brotes y aplicar vacunas en comunidades consideradas vulnerables. Asimismo, se lleva un seguimiento puntual de quienes estuvieron en contacto con la paciente.
La rabia, aunque prevenible mediante vacunación, sigue siendo una enfermedad letal si no se atiende de manera inmediata tras la exposición. En México, la mayor parte de los casos recientes en animales silvestres se concentra en regiones del norte y centro del país, lo que explica la cooperación interestatal en este evento.
Las secretarías de Salud de Durango y Zacatecas reiteraron que no existe riesgo de transmisión comunitaria en este momento, pero insistieron en la importancia de la prevención. Entre las medidas recomendadas destacan: evitar el contacto con animales silvestres o desconocidos; vacunar a perros y gatos contra la rabia; y mantener actualizada la cartilla de vacunación de las mascotas.
También se pidió a la población reportar cualquier agresión por mordedura o rasguño de animales, así como la presencia de ejemplares con comportamientos anormales en zonas habitadas. Estos reportes permiten activar protocolos de control y reducir la posibilidad de nuevos contagios.
El caso notificado en Durango pero que tuvo como origen Zacatecas pone en evidencia la necesidad de sostener campañas permanentes de vacunación y educación sanitaria, no solo en áreas rurales, sino también en centros urbanos donde el contacto con fauna silvestre puede darse de manera inesperada.