Remesas bajas y bloqueos carreteros hunden ventas decembrinas en comercios de Durango

Una temporada decembrina atípica y preocupante se vive en los comercios de Durango, donde la esperada bonanza navideña se ha esfumado ante la cruda realidad de unas remesas que no llegan y unos caminos que están bloqueados. Los comerciantes miran con inquietud sus anaqueles llenos, mientras las ventas se mantienen bajas y el panorama económico para diciembre pinta más gris que festivo.

Beatriz Zamora, ex presidenta de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño y reconocida comerciante, confirmó la preocupante situación. Explicó que las remesas, ese flujo de dinero que históricamente inyecta vitalidad a la economía local durante la última parte del año, no han llegado a Durango en los niveles registrados en años anteriores. Esta merma en los envíos desde el extranjero ha impactado de lleno en el poder adquisitivo de las familias, traduciéndose en ventas bajas que no repuntan como en temporadas pasadas.

El problema se ha visto agravado por un factor logístico crítico: los cierres intermitentes y bloqueos en las carreteras que conectan al estado con el resto del país. Estas interrupciones en las vías de comunicación han generado un doble golpe para el sector comercio. Por un lado, han elevado significativamente los gastos operativos debido a la dificultad y los sobrecostos para hacer llegar la mercancía a los puntos de venta. Por otro, la incertidumbre en los suministros ha impedido a muchos negocios planear adecuadamente su inventario para la temporada.

La combinación de ambos factores está estrangulando las ya mermadas ganancias de los comerciantes locales. Con menos dinero circulando entre los consumidores y mayores costos para operar, el margen de utilidad se reduce peligrosamente. Esta tormenta perfecta anticipa un mes de diciembre particularmente difícil para la economía local, lejos del espíritu de abundancia que usualmente caracteriza esta época.

El escenario plantea un desafío mayúsculo para cientos de familias que dependen del comercio. La temporada que normalmente representa su mayor fuente de ingresos anual se perfila ahora como un periodo de supervivencia, donde el objetivo ya no será vender más, sino simplemente mantenerse a flote en un mercado enrarecido por factores externos que escapan a su control.