Robos continúan en unidades deportivas de Durango; piden denuncias inmediatas

Una sombra de inseguridad se cierne sobre los espacios destinados al esparcimiento y la salud en la ciudad. Pese a los esfuerzos por mantener la vigilancia, una ola de robos persiste al interior de las unidades deportivas, frustrando a los usuarios y desafiando a las autoridades, quienes ahora apelan a la ciudadanía como su principal aliado para frenar esta delincuencia que mancha la práctica deportiva.

El Instituto Estatal del Deporte, a través de su director César Cárdenas, ha reportado oficialmente que los actos delictivos en estos recintos no cesan. Los robos a pertenencias de deportistas y visitantes se han convertido en una constante, sucediendo incluso después de que se realizaron reparaciones y mejoras en las instalaciones para brindar mayor seguridad.

Frente a esta problemática, la dependencia ha lanzado un llamado urgente y directo a la población. Cárdenas solicitó el apoyo decidido de los ciudadanos, instándolos a denunciar cualquier incidente en el preciso momento en que ocurra o sean testigos del mismo. La inmediatez subrayó, es fundamental para que las autoridades puedan reaccionar con eficacia.

El principal obstáculo identificado por las autoridades es la dilación en los reportes. El director del Instituto del Deporte explicó con preocupación que muchas de las denuncias por estos robos son interpuestas hasta 72 horas después de sucedido el hecho. Este lapso de tiempo, señaló, hace que la capacidad de reacción y de investigación se vea severamente limitada, permitiendo que los delincuentes escape

La estrategia, por lo tanto, se centra en crear una red de alerta inmediata con la comunidad deportiva. Se pide a los usuarios que se mantengan alerta y que, ante cualquier actividad sospechosa o un robo en curso, contacten de forma instantánea a las autoridades. La colaboración ciudadana se presenta como la herramienta más efectiva para disuadir a los ladrones y permitir una intervención rápida que pueda conducir a la detención de los presuntos responsables.

Este llamado refleja una realidad ineludible: la seguridad de estos espacios públicos no puede recaer únicamente en la vigilancia oficial. La corresponsabilidad social se ha vuelto indispensable para proteger los lugares donde la comunidad busca salud y convivencia, transformando a cada deportista en un vigilante activo de su propio entorno.