Una advertencia y una promesa se entrelazan en el campo duranguense, donde el gobierno federal ha hecho un llamado urgente a los productores de frijol para que contengan la venta de su cosecha, mientras tras bambalinas se negocian apoyos cruciales para un sector que mira con incertidumbre el futuro de su trabajo.
La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural en Durango, a través de su titular Ismael Ayala, ha emitido una petición formal a los hombres y mujeres del campo. El mensaje es claro: se les insta a no comercializar su producción de frijol en este momento. La razón detrás de esta solicitud inusual es una gestión que promete un beneficio adicional para los agricultores.
Mientras el gobierno realiza esta petición, también ofrece una garantía de estabilidad. La dependencia federal informó de manera oficial que el precio base garantizado para el frijol se mantiene fijo en 27 pesos por kilogramo. Este anuncio busca dar certidumbre a los productores sobre el valor mínimo que recibirán por su cosecha, independientemente de las fluctuaciones del mercado.
La estrategia se desarrolla en dos frentes. Por un lado, el Gobierno del Estado y la Sader trabajan en conjunto en pláticas activas para gestionar apoyos complementarios. Si bien no se han revelado los detalles específicos de estos estímulos, se promete que están dirigidos a beneficiar directamente al sector productor, buscando mejorar la rentabilidad de la cosecha actual.
El llamado de atención surge en un contexto de posible presión para los campesinos, quienes a menudo se ven forzados a vender rápidamente su producción para cubrir gastos inmediatos. La petición de la Sader implica un voto de confianza, pidiendo a los productores que esperen un poco a cambio de una posible mejor recompensa.