La mañana del martes 28 de octubre, la expectativa volvió a sentirse en los pasillos del Centro de Justicia para Niñas, Niños y Adolescentes, en la ciudad de Durango, donde se programó la segunda audiencia relacionada con el caso de la bebé sustraída del Hospital Materno Infantil. Desde antes de las once de la mañana, familiares de una de las presuntas implicadas se congregaron frente al Juzgado Segundo en Materia Familiar de Control y Enjuiciamiento Penal, a la espera de noticias que pudieran definir el rumbo del proceso.
El ambiente en las inmediaciones del recinto era de tensión. Algunos familiares guardaban silencio, mientras otros murmuraban entre sí, intentando descifrar lo que podría ocurrir al interior de la sala. Los rostros reflejaban cansancio, incertidumbre y una mezcla de esperanza con preocupación. Nadie sabía con exactitud cómo avanzaría la audiencia ni qué decisión adoptaría la autoridad judicial. Poco después del mediodía, funcionarios del juzgado solicitaron a los presentes que se trasladaran a la sala de espera, ya que las declaraciones se realizarían de forma privada, sin acceso a familiares ni medios de comunicación, tal como lo establece el protocolo por tratarse de un caso que involucra a una menor.
Minutos más tarde, el murmullo creció entre los presentes al confirmarse que la audiencia no se llevaría a cabo en su totalidad. La autoridad judicial determinó posponerla hasta el próximo viernes 31 de octubre, decisión que tomó por sorpresa a las familias que habían acudido con la esperanza de escuchar avances concretos. De acuerdo con la versión de Perla, hija de una de las mujeres señaladas, no se ofreció una explicación clara sobre los motivos del aplazamiento.
Perla expresó a este medio su frustración y la de su familia, quienes aseguran que su madre es inocente y confían en que las pruebas presentadas eventualmente lo demuestren. "Solo queremos que todo se aclare y que la verdad salga a la luz", comentó con voz entrecortada. Aun con la incertidumbre, la joven agradeció a las personas que se han solidarizado con su familia y que, a pesar del cansancio, continúan acompañándolos en cada audiencia.
Mientras los asistentes se retiraban lentamente del lugar, la calma regresó a los alrededores del juzgado. El caso, que ha generado un fuerte interés público por la sustracción y posterior rescate de la recién nacida, continúa su curso legal. Las miradas ahora se dirigen al viernes, cuando se reanude la audiencia y se conozcan los próximos pasos del proceso. Hasta entonces, las familias de ambas partes permanecen a la espera de una resolución que, de una u otra forma, marcará el cierre de uno de los episodios más delicados ocurridos en Durango en los últimos meses.