Se desploma la construcción en Durango: caen obras y empleo

Durango atraviesa uno de sus momentos más difíciles en materia de construcción. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el valor de la producción de las empresas constructoras en el estado cayó 38.5 % durante abril de 2025, en comparación con el mismo periodo del año anterior. La baja se mantiene constante en los meses posteriores, reflejando un freno en la inversión pública y privada.

Actualmente, solo el 45 % de las empresas constructoras reportan actividad en la entidad, lo que significa una caída de más del 52 % anual en el número de compañías que ejercen obra. El panorama luce incierto para los próximos meses ante la falta de nuevos proyectos y licitaciones.

Entre las principales causas se encuentra la reducción del presupuesto federal para obra pública, factor que ha limitado la ejecución de proyectos de infraestructura carretera, hidráulica y urbana. Gran parte de las empresas locales dependen de contratos gubernamentales, por lo que el recorte ha tenido un impacto directo en su operatividad.

A la falta de inversión pública se suma el encarecimiento de materiales de construcción, que durante este año han registrado incrementos de hasta un 15 %, especialmente en productos como acero, cemento y varilla. Esto eleva los costos de producción y reduce la capacidad de generar vivienda a precios accesibles, afectando tanto al constructor como al comprador.

En el caso del sector habitacional, la vivienda de interés social se mantiene estable gracias a los créditos de Infonavit y Fovissste, mientras que el segmento residencial muestra una ligera reactivación, impulsada por la demanda y la competencia de mercado. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para compensar la desaceleración general.

La caída en la construcción no solo impacta a las empresas, sino también al empleo. Miles de trabajadores eventuales han visto reducidas sus oportunidades laborales durante 2025, un golpe que repercute en la economía familiar y en el consumo interno.

A pesar de este panorama, el sector confía en una recuperación gradual hacia 2026, siempre que se reactive la inversión en infraestructura y se generen incentivos para la edificación privada. La construcción, considerada un motor clave para la economía, sigue enfrentando el reto de volver a los niveles de crecimiento previos a la pandemia.