Aunque Durango se mantiene como uno de los estados más pacíficos de México, ocupando el segundo lugar nacional con menor incidencia delictiva, algunas zonas del municipio enfrentan problemas específicos que requieren atención. Entre los principales desafíos se encuentran el pandillerismo y la violencia familiar, que afectan a ciertas colonias de la mancha urbana. Las autoridades han detectado entre 10 y 12 pandillas activas en la ciudad, integradas principalmente por jóvenes de 11 a 18 años, lo que ha llevado a implementar estrategias focalizadas para prevenir su crecimiento.
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la Dirección Municipal de Seguridad Pública (DMSP) han identificado polígonos rojos donde se concentran estos fenómenos delictivos. Además del pandillerismo, otro problema grave es la violencia familiar, que registra un promedio de 11 denuncias diarias en el estado durante el primer bimestre de 2025. Este tipo de violencia impacta especialmente a menores de edad, quienes sufren consecuencias emocionales y psicológicas al crecer en entornos conflictivos. En más del 50% de los casos reportados, las autoridades han detectado problemas de adicciones como un factor agravante, lo que complica aún más la situación.
Las estrategias implementadas incluyen operativos de vigilancia, programas de prevención social y campañas de concientización para reducir la violencia. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la violencia en el hogar sigue siendo el delito más denunciado en el municipio, lo que refleja la necesidad de reforzar las acciones. Las autoridades han destacado la importancia de la vinculación social y el trabajo comunitario para atacar las causas estructurales de estos problemas, como la falta de oportunidades y el consumo de drogas.
Aunque Durango ha logrado avances significativos en seguridad, persisten áreas con desafíos focalizados que exigen una atención constante. Las colonias más afectadas requieren intervenciones específicas, combinando presencia policial, programas educativos y apoyo psicológico para las víctimas de violencia. Mientras el estado mantiene su reputación como uno de los más seguros del país, es fundamental no bajar la guardia y seguir fortaleciendo las estrategias que permitan garantizar la tranquilidad de todas las familias duranguenses. La colaboración entre autoridades y ciudadanos será clave para consolidar estos esfuerzos y reducir aún más los índices delictivos en las zonas más vulnerables.