El secretario de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural del Estado, Jesús López Morales, advirtió que la falta de cumplimiento en la mecánica operativa del programa de acopio de frijol podría generar entre los productores la percepción de una simulación en el esquema de comercialización que impulsa el Gobierno Federal a través de Segalmex.
El funcionario informó que, de los 21 centros de acopio contemplados para Durango, únicamente dos han iniciado operaciones, ambos ubicados en el municipio de Canatlán. Señaló que esta situación genera incertidumbre en los agricultores, quienes esperaban que las bodegas estuvieran habilitadas desde el inicio de la cosecha para poder comercializar su producto al precio de garantía.
La ausencia de centros operando ha provocado que varios productores opten por vender sus cosechas a intermediarios, mejor conocidos como coyotes, quienes pagan montos muy por debajo del precio establecido por el programa federal. López Morales explicó que, mientras el precio de garantía es de 27 pesos por kilo, los agricultores están recibiendo entre 10 y 11 pesos por el frijol pinto y entre 8 y 9 pesos por el frijol negro.
El secretario lamentó esta situación y destacó que, ante la falta de certidumbre, los productores se ven obligados a desprenderse de su cosecha para cubrir deudas o gastos inmediatos, aun cuando eso implica pérdidas económicas significativas. Agregó que el retraso en la apertura de centros también afecta la planeación del ciclo agrícola y puede repercutir en la capacidad de inversión de los agricultores para el próximo año.
López Morales pidió que Segalmex agilice la operación de las bodegas restantes para evitar mayores afectaciones y asegurar que el programa cumpla con su objetivo: garantizar precios justos y reducir la vulnerabilidad comercial del sector. Indicó que el Gobierno del Estado mantiene comunicación con la federación para solicitar que se aceleren los procesos y se brinde claridad a los productores.
El funcionario reiteró que la apertura oportuna de los centros es clave para evitar que los agricultores sigan vendiendo a precios de castigo y para restablecer la confianza en el programa de comercialización.