En pleno 15 de septiembre, Durango se viste de verde, blanco y rojo. Las calles lucen adornadas con banderas, luces y música tradicional que marcan la celebración del Día de la Independencia. Sin embargo, a pesar del ambiente festivo, los comerciantes no han visto reflejadas las ventas que esperaban en este fin de semana largo.
De acuerdo con reportes del sector, algunos negocios registran caídas de hasta un 40% en sus ingresos, pese a que en el centro de la ciudad y en las colonias hay un constante movimiento de familias que acuden a realizar compras o a disfrutar de la festividad. Para los comerciantes, la esperanza está puesta en la noche del Grito de Independencia, cuando suele aumentar el consumo en alimentos, antojitos, souvenirs y artículos alusivos a la fecha.
Uno de los factores que ha impactado es el regreso a clases, ya que gran parte del gasto familiar se destinó en semanas recientes a útiles escolares, uniformes y colegiaturas. Esto redujo el presupuesto disponible para celebraciones, lo que se refleja en la baja demanda de productos patrios y en el consumo moderado dentro de restaurantes y comercios.
A nivel nacional, la celebración del 15 y 16 de septiembre representa uno de los momentos más importantes para la economía interna, especialmente para el sector de alimentos y bebidas, con un gasto estimado de miles de millones de pesos. Sin embargo, en el caso de Durango, los comerciantes reconocen que no siempre los fines de semana largos garantizan un repunte, ya que muchos habitantes optan por viajar a otros destinos turísticos durante estas fechas.
El balance final se conocerá al cierre de la noche del Grito. Mientras tanto, los comerciantes mantienen la expectativa de que la festividad logre transformar el movimiento en las calles en ventas que fortalezcan su economía.