Ya van casi tres semanas sin una gota de agua en los hogares de la colonia San Miguel, situación que ha generado creciente desesperación e inconformidad entre los residentes. Ante la ausencia total del servicio, la comunidad ha decidido hacer pública su queja, denunciando no solo la interrupción repentina del suministro, sino también la nula respuesta de las autoridades municipales.
Muchos de los afectados han tenido que recurrir a la compra de agua en pipas, lo que representa un gasto considerable que pocas familias pueden sostener. Quienes no tienen los recursos para pagar este servicio han optado por buscar agua en zonas cercanas o sobrevivir con la que lograron almacenar en recipientes, aunque esta ya comienza a escasear. "No tenemos agua ni para lo más básico: bañarnos, lavar o limpiar. Nos dicen que ya va a volver, pero no explican cuándo ni por qué se fue", compartió la señora Carmen, vecina del lugar.
Los habitantes también señalan que las autoridades locales han tratado el tema con desinterés y poca claridad. A pesar de los reportes constantes, las únicas acciones han sido el envío esporádico de pipas insuficientes y promesas sin fechas concretas. Para la comunidad, esto representa una falta de compromiso y sensibilidad ante una problemática que ya afecta su salud y bienestar.
"No se trata solo de comodidad, es una necesidad esencial. ¿Cómo esperan que mantengamos nuestras casas limpias o cuidemos nuestra salud sin agua?", cuestionó un vecino, visiblemente molesto.
La colonia exige que el gobierno municipal y los organismos responsables del agua potable actúen de inmediato para restablecer el servicio. Mientras tanto, los habitantes continúan enfrentando esta crisis con incertidumbre y frustración, sin saber cuánto tiempo más tendrán que esperar por una solución real.